Hola



24.6.12

Capitulo 1.143


Despertaste exaltada: Paul no estaba ahí. Y lo sabías antes de que abrieras los ojos.
Tú- Paul, ¡Paul!- Te levantaste rápidamente. Él no se encontraba en la habitación, así que saliste corriendo de tu cuarto. Bajaste las escaleras rápidamente y ahí estaba, sentado en el sillón en donde los dos habían estado juntos la noche anterior.
Paul girándote a ver- ¿Qué haces?- Se levanto rápidamente y fue hacia ti y te rodeo con sus brazos. Tú- ¿qué, qué?- susurraste y te diste cuenta que habías salido de tu cama completamente desnuda.  Tú- No lo sé- Paul desabrocho su bata para dormir y te rodeo con ella. Él- Las ventanas están abiertas, cualquiera te podría ver…- Tú- A ti también- Paul te miró desconcertado, cerró los ojos, movió su cabeza de lado a lado rápidamente y sonrió.
Paul- Déjame ver como esta esto: Estamos aquí tu y yo con las cortinas abiertas, solo cubiertos por una bata en la que tu apenas cabes…- Tú- y yo estoy aquí con el famosísimo Paul McCartney. Es mejor que nos ocultemos.- Paul riendo, pero más bien parecía que tocía- Si, sí… Toma esto.- Se quito la bata tratando de descubrirte lo menor posible. Reíste- ¿Qué hay de ti?- Paul estaba enfrente de ti desnudo- Fácil, mira…- giro hacia el sillón- tomaré esto prestado- Había tomado un cojín. Te miró pícaramente y se lo colocó el cojín  en su trasero. Tú- Oh vamos, Paul- Tapaste tu rostro con tus manos, mientras Paul iba a cerrar las cortinas.
Paul se quito el cojín y lo lanzó a tu sillón. Tú- Tendrás que lavar eso…- Él- Ahora vuelvo, iré por algo para cubrirme- Te guiño el ojo, tú sentiste que tu corazón latía muy rápido y luego volvió a la normalidad. Mientras Paul no estaba tú te sentaste en el sillón que tenías enfrente. Recargada sobre una de las esquinas de una mesa junto al sillón había una guitarra, te dio curiosidad y te acercaste más y miraste el instrumento detalladamente.
Paul te sorprendió por detrás y tú te sobresaltaste dando un brincó en dónde estabas. Paul beso tu cabeza y se sentó junto de ti.
Él- Quiero que escuches una canción…- Tomo su guitarra- Ya la habías escuchado, pero ahora ya la he terminado…-Te miro, y te beso dulcemente, después comenzó a tocar su guitarra.


To lead a better life
I need my love to be here

Here, making each day of the year
Changing my life with a wave of her hand
Nobody can deny that there's something there

There, running my hands through her hair
Both of us thinking how good it can be
Someone is speaking, but she doesn't know he's there

I want her everywhere
And if she's beside me I know I need never care
But to love her is to need her

Everywhere, knowing that love is to share
Each on believing that love never dies
Watching her eyes and hoping I'm always there

I want her everywhere
And if she's beside me I know I need never care
But to love her is to need her

Everywhere, knowing that love is to share
Each on believing that love never dies
Watching her eyes and hoping I'm always there
I will be there, and everywhere
Here, there and everywhere 

Él- ¿Te gustó?- Dentro de ti estabas totalmente en paz, todo lo que la canción era hermosa, y era tu canción, Paul la había escrito para ti.
Él- Hey, no llores…- Dejo su guitarra a un lado, se acerco a ti, y con su palma recargada en tu rostro te quito las lágrimas de tu rostro con su pulgar. Paul- ¿No te gustó, cierto?- Tú tratando de que tu voz despertara- S-S-í-i, me ha, me ha…- Respiraste profundamente y miraste al hombre que tenías de frente con solo unos calzoncillos y su pecho descubierto- me ha encantado- Él sonriendo- Eso era lo que quería…- Lo miraste y con un suspiro llenaste ese silencio que había entre ustedes. En ese momento solo deseabas que todo lo que la canción decía fuera verdad. 

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9.6.12

Capitulo 1.142


La puerta cerrándose tras de ti fue el sonido más hueco y sin sentido que habías oído.
Paul no había querido hablar contigo, o eso interpretaste después de ni siquiera voltear a verlo. Sabías que él aún permanecía afuera de tu casa: el sonido del motor de su auto todavía no había sonado.
Respirabas entrecortadamente, temblabas, estabas agitada, tus ojos se humedecían cada vez más, y ya no lograste contenerte más, y una lágrima resbalo hasta tu barbilla, y ahí cayó hasta el suelo. ¿Era verdad que Paul te amaba? Todo había cambiado, desde hace mucho, y aunque tú no lo habías querido asimilar así era, y estabas tan enamorada, o ciega, que no lo notaste. Pero ahora, sabías que todo había cambiado, y no  todo era porque Paul te había confesado que te había sido infiel, sino, también en parte, porque tú también lo habías sido, y aunque lo habías tratado de ocultar de ti misma, cuando besaste a Kevin sentiste una curiosidad de seguir besándolo esa vez en tu casa que te hacía sentir culpable, demasiado culpable. Y no solo era acerca de infidelidades, también eran las actitudes que él había cambiado, sus viajes, desplantes, gritos…

Giraste sobre tus talones y abriste tu puerta. Sentiste frío. Buscabas a Paul, pero no lo viste. Avanzaste unos pasos, no lo encontraste.
Él se acerco a ti, estaba sentado en la banca de afuera de tu casa. Te miro, y tú lo miraste tímidamente, a pesar de tus esfuerzos de parecer fuerte.
Paul- Eres hermosa a la luz de la noche…- Te quito algunos cabellos que estaban en tu rostro. Su mirada era distante, aunque sentías que te partía en dos.
Tú- Te amo…- Se te escapo decir esas palabras. Te odiabas- pero…- Paul te calló posando su dedo índice en tu boca. Paul- Eres dulce, la mujer más dulce que he conocido. Te amo en cualquier momento, te necesito en todo momento… Vivo para ti.- Tú te acercaste a él y cerrando los ojos y puños dijiste- ¿por qué me haces esto?- Tomó tu rostro, y te besó. – Necesito tu amor, nunca sería lo mismo sin ti…-  te besó de nuevo, esta vez más delicadamente. – Necesito tu amor, para toda mi vida. No te alejes de mí….-Calló, y lo hizo para siempre. Te tomo por la cadera, y con movimientos leves, te meció de izquierda a derecha, provocó que tu cabello suelto se moviera de lado a lado.
Lo besaste, y sentiste su respiración tan cerca de ti, que pensabas que eran uno solo, pero había algo ahí que no cuadraba.
Entraron a tu casa, Paul te tomo y te coloco sobre el sillón que había sido testigo de tantos buenos momentos.
Paul comenzó a besarte. Recorría toda tu boca con una sutileza. Tú solo cerrabas los ojos, y tratabas de sentir todas las partes de tu cuerpo que Paul rozaba con su piel.
Tus manos comenzaron a moverse solas recorriendo el cuerpo de Paul. Pronto lo habías despojado de una chaqueta que traía puesta. Ahora podías sentir más cercano el calor de Paul. Tenías una necesidad de tocar su piel, de sentirla tuya una vez más.
Te incorporaste del sillón, miraste a Paul y juntos comenzaron a desabotonar botón por botón una peculiar playera que ese día él había usado. Notar el suave movimiento de su pecho al son de la respiración hizo que te tranquilizaras. Te acercaste a él, estaban muy cerca, sus narices se apachurraban la una con la otra. Esperabas, o necesitabas, que Paul dijera algo, pero te besó, te besó esa noche más veces de las que lo había hecho antes.
Tú- Paul…- estabas acalorada, estando en contra del sillón por más de media hora. Él no se detuvo, sólo te acerco a él, haciendo que te levantaras del sillón, haciéndote caminar y subir hasta tu habitación.
Y sin decir nada más, te recostaste en la cama y Paul comenzó a besarte muy lentamente, mientras tú, ayudada con las manos de él te deshacías de tus ropas. Al poco rato tú ya estabas en ropa interior, al igual que tu pareja.
Él comenzaba a besar tu rostro con mucha delicadeza, luego comenzaba a besar tu cuello haciéndote estremecer, luego tus hombros dejando su hermoso cabello al alcance de tu nariz y dejando oler un rico aroma, luego besaba tus brazos rápidamente hasta llegar a las manos, en donde más que besarlas las observaba mientras tu tocabas su rasposa barbilla. A veces intercambiaban miradas, sus rostros no decían nada, eran serios, y sin emociones, aunque esas miradas duraban bastante tiempo terminaban cuando Paul se acercaba a ti para comenzar a besarte de nuevo, y continuar con todo tu demás cuerpo: como tu vientre, que hacía que te sacudieras levemente. Después besaba tus muslos con mucha paciencia. Tú lo mirabas, lo contemplabas sin ningún comentario. No dejaba lugar alguno sin que sus labios lo hubieran rozado. Cuando hubo terminado tu besaste sus labios, un tanto secos.
Querías decir tantas cosas, pero Paul continuó besándote. Y así siguieron hasta que junto el amanecer, Paul te despojo de tu sostén y de tus pantaletas. Temblaste con esto, pero rápidamente él buscó tu mirada, y dejaste de temblar.
Te tomo por completo, y lentamente se postró encima de ti, y muy cerca de ti, y con  sus miradas cruzadas comenzó todo.
El leve, pero fuerte movimiento de la cama entre cada suave embestida de Paul.
Tú eras feliz en ese momento, era todo lo que necesitabas: estar con Paul, sin que nada más importara.
De un momento a otro sentiste como Paul y tú se iban volviendo uno: sus movimientos totalmente coordinados, sus miradas mostrando amor, sus labios rozándose, y sus sexos juntos.
Paul se acerco a ti, tú tuviste al alcance su oreja, la cual  mordiste pues no te lograste contener, él se acerco también a tu oído y te susurró: Te amo. Ese momento fue mágico. Paul te miro y tenía una sonrisa, ya no tenía ese rostro serio, y su mirada te causaba tranquilidad. Este sueño duro no más de una hora.
Tú- Buenas noches, Paul- Él- Descansa- Besó tu párpado  izquierdo y cerró los ojos.
Nunca olvidarías esa noche….