Hola



19.2.11

Capitulo 1.107

Paul había estado un poco raro desde que te menciono lo del baile. Estaba distante, se escabullía de donde estaban para luego aparecer junto de ti como si nada hubiera pasado.
Tú- Paul, ¿Qué te pasa?- Con una sonrisa entre labios te respondió suavemente- Nada...- Dio media vuelta y siguió su camino a la habitación.
Ya dentro de su cuarto.
Paul- Creo que deberíamos de pedir algo de comer- Tú- Seguro- Paul se acerco al teléfono y empezó a pedir algo.
Tú lo miraste sonriendo, luego tomaste las bolsas de las compras. Ahí estaban algunos recuerdos que habían comprado, algunas gorras, bufandas, discos que Paul había comprado, unas revistas, y demás. Viste una bolsa naranja, realmente llamativa, la miraste, no le diste importancia y mejor soltaste cuidadosamente todas las bolsas hasta ponerlas en el suelo.
Después de unos breves segundos reflexionaste. Esa bolsa no era de ustedes, no habían comprada nada que estuviera en una bolsa naranja. Giraste de nuevo para ver qué contenía esa bolsa. Pero justo antes de que la lograras cargar, Paul se interpuso entre ti y la bolsa.
Él- Pedí algo muy simple para comer- Tú mirándolo desconcertada- Ah sí, claro. No importa- Paul- Mira- tomo tus manos- hay que descansar- Tú- Si, pero…- Paul caminando hacia la cama- Te aseguro que esta noche no podrás parar, y no quiero que estés cansada- Te guiño un ojo, y eso fue suficiente para que todo lo que tuvieras en tu mente se borrara.
Estuvieron así  un buen rato hasta que un trabajador del hotel llegara con un carrito llevándoles su comida.
En cuanto se fue tú te acercaste rápidamente a ver que ibas a comer ese día.
Eran hamburguesas comunes.
Paul- Mis favoritas- Tomo una y empezó a devorarla. Tú observaste como termino con una hamburguesa con tres bocados.
Tú- ¡Wow!- Te tapaste tu boca con tu mano derecha- ¿Cómo haces eso?- Paul limpiándose con su mano- ¿Hacer qué?- Tú- Comer así- Paul- Ja, ja, pues no sé- Tomo otra hamburguesa- es que son tan deliciosas-  Tomaste una hamburguesa. Empezaste a comerla.
Después de ya haber comido todas. Se acomodaran mejor en la cama. Tú querías empezar a platicar de algo. Te sentías un poco incomoda, mirando a Paul sin decir una palabra. Pero al final, entendiste que fue lo mejor.
Poco a poco ustedes terminaron durmiendo. Como la noche anterior no habían dormido muy bien estaban un poco adormilados y eso provoco que ese día terminaran en un profundo sueño.

Paul- Amor, amor- Sentiste como alguien peinaba tu cabello. Tú- ¿Si?- Paul- Hola- Abriste los ojos lentamente, viste la hermosa sonrisa de Paul.
Él- Creo que deberías empezar a arreglarte- Tú te levantaste suavemente. Miraste a Paul y estaba envuelto en una bata del hotel. Tenía su cabello mojado y estaba recién rasurado.
Tú-¿Qué hora es?- Paul- Son las 6, y el baile empieza a las 9, creo que tenemos el tiempo exacto para todo- Tomo tu mentón, te acerco a él. Y te beso.
Paul- Eres maravillosa. Te amo- Sonreíste. Tú- Te amo, te amo, te amo- Paul te miro tiernamente.
Después de unos segundos te dijo- Creo que deberías darte un baño y luego arreglarte- Tú- ¿Qué? Ah sí, claro…- Miraste a tu alrededor en busca de tu maleta. Paul- Metí tu maleta en el baño. Ya está todo listo- Tú- Gracias Paul- Te levantaste y te dirigiste al baño.
Te miraste en el espejo. Lucias realmente mal, pensaste. Tu cabello estaba todo despeinado, tus ojos delataban lo cansada que estabas, estabas muy blanca, te veías enferma. Te preocupo un poco eso. Dejaste de pensar en eso.
Empezaste a quitarte la ropa. Luego te pusiste una bata del hotel.
Giraste la llave del agua. Pronto salió agua tibia. Te quitaste la bata. Y te empezaste a dar un baño.
Cuando acabaste, empezaste a pensar en que te pondrías. No habías traído nada como para ir a un baile. Recordaste que habías triado algo así como una falda y una playera que hacia juego. Abriste tu maleta para buscarla.
Lo primero que viste fue el vestido de tus sueños. La verdad es que nunca habías pensado en uno, pero ese vestido, era verdaderamente hermoso.
Lo levantaste de la maleta. Era hermoso, perfecto.
Viste que tenia colgando una nota. La tomaste nerviosamente. Decía con un letra linda y cuidadosa:
Es para ti, espero que lo uses. Te esperare en la recepción.
Te amo.
Una línea enfatizaba la última frase.
Te morías. Paul era tan tierno.
Te vestiste con ese vestido. Arreglaste tu cabello muy lindo. Te pusiste un tono bajo del rojo en tus labios, después una pequeña capa de brillo. Enchinaste y rímel a tus pestañas, también pintaste una línea negra con tu delineador sobre tus ojos. Te pusiste un poco de rubor.
Te veías perfecta. Nunca te habías visto mejor. Además de lo bien que te habías arreglado, en tus ojos se veían una chispa de amor, que los hacían lucir hermosos, tu gran sonrisa también era linda. Lucias bonita. Perfecta, pensaste.
Te pusiste unos lindos aretes.
Saliste del baño. Ya no estaba ahí Paul. Te diste otra mirada en el espejo de la habitación. Saliste con paso apresurado hacia la recepción.
Ya querías estar con Paul.
Ibas bajando las últimas escaleras. Y aun no lograbas verlo.
Ya abajo lo buscabas con la mirada, pero no lo encontrabas. Encontraste un reloj que marcaban ya las 9 de la noche.
Te quedaste mirando ese gran reloj. Era una lástima haber estado en el baile desde que empezó.
De pronto una mano fría toco tu espalda. Un escalofrió te recorrió por completo.
Tú- Paul- Giraste y era él. Con su hermosa sonrisa. Con sus hermosos ojos. Con su perfecto peinado.
Paul- Es hora de irnos- Tomo tu mano sin esperar respuesta.
El coche estaba afuera. Te ayudo a subir. Paul avanzaba lentamente, pero sin pausas. Ninguna señal o semáforo marcaban alto cuando ustedes pasaban.
Cuando se acercaron más al salón la gente, los coches iban aumentando.
Paul estaciono el coche. Espero unos segundos para bajar. Parecía estar pensando o algo así.
Él con una gran sonrisa- Listo- Bajo rápidamente para ayudarte a salir del auto.
Había demasiada gente. Paul avanzaba muy rápido.
Muchas chicas platicando nerviosamente, mirando a los chicos con sus mejores trajes, parejas besándose, algunos solos mirando a los demás con melancolía, todo eso y más se podría contemplar justo en la entrada del salón.
Paul y tú entraron muy rápido.
Paul- Que buen lugar…- Tenía una decoración muy linda. Todo muy referente al amor y amistad.
Él- Bueno… ¿quieres ponche?- Tú- Ah claro- Paul- Bueno, espera aquí- Tú esperaste. Mirabas todo a tu alrededor. Te encantaba. Sabías que esa noche iba a ser inolvidable.
Chico- Hola…- Su voz era rotundamente sexy. Volteaste a ver de quien se trataba. Era un chico guapo.
Tú giraste a ver a quien se dirigía, no había nadie más que tu. Tú- ¿Yo? Yo… yo… hola- respondiste nerviosa.
Chico- ¿Estás sola?- Abriste mucho los ojos. Pensaste que habías lucido muy torpe haciendo eso y empezaste a reír nerviosamente. Tú- No, lo siento- Volteaste a ver si Paul venia- mi novio fue por un poco de ponche- Chico- Ah, ya veo…- Miro al piso, te vio y con una sonrisa dijo- Pero podría acompañarte por un rato- Tu ibas a replicar- Mientras tu novio viene-  Tú- Si, creo que está bien…- Chico- Y, ¿eres de aquí? Nunca te había visto antes- Tú- Ah, no, no- de nuevo volteaste para ver si Paul venia- Soy de Liverpool- Chico- ¿Enserio? Y, ¿Qué haces aquí?- Tú rascándote tu frente- Pues, vengo…  de vacaciones. Algo así- Chico- Interesante- Te miro- Aquí no hay nada divertido- Tú- ¿No?- Otra vez giraste tu cabeza para ver si Paul se acercaba. Chico- No, solo hay muchas tiendas…- te miro, sabías que él se sentía incomodo cuando te volteabas, pero no podías evitarlo. Siguió- Aunque hay un cine, tu sabes, donde vas con tu coche y ves desde ahí la película- Tú- ¿Enserio?- Simulaste emoción, con lo que el chico respondió un poco más animado- Si, si quieres te llevo…- Ibas a responderle, solo movías la boca, no sabias cuales palabras escoger para decirle que no.
Pero llego tu salvación. Paul- Hola hermosa, aquí tienes- Te dio tu vaso, y luego un largo beso en los labios. Reíste nerviosamente.
Paul miraba al chico con una mirada llena de fuego.
Chico- Bueno… Creo que debo irme…- Te tendió su mano, tu primero miraste a Paul, el miraba fijamente a los ojos de ese chico, luego tu miraste la mano de él y la estrechaste. Chico- Soy Eddie- Tú- Soy………………… Adiós- Eddie- Adiós- Hizo una mueca y se fue.
Paul- Eddie…- Tú- Si…- Bebiste de tu vaso.
Pasaron los minutos y Paul y tú platicaban de cualquier cosa, nada importante.
De pronto, las luces se apagaron y las reemplazaron por lámparas que daban luces tenues.
Entonces empezaron a poner música para bailar, en especial rock ‘n’ roll. Muchos chicos empezaron a acercarse a la pista de baile.
Ustedes solo miraban como bailaban las parejas.
Pasada como media hora. Paul te susurro cerca del oído- Acompáñame- Te tomo de la mano. Y te llevo directo a la pista de baile.
Empezaron a bailar todas las piezas de música que ahí ponían.
Tú estabas imparable. Todo lo bailabas, y Paul se movía tan bien.
La estabas pasando súper.
Después de una hora de bailar y bailar. Decidieron sentarse y tomar un poco más de ponche.
Platicaron sentados en unas bancas del salón. El ambiente había mejorado mucho, ahora ustedes reían, hacían bromas, trataban de ponerse serios pero no podían, era imposible.
Paul- Hay que ir a bailar de nuevo- Tú- Claro- respondiste con una gran sonrisa.
Bailaron una canción un poco menos movida que las anteriores.
Pero después de esa canción empezó otra muy lenta y suave.
(Primero, primero, ponle play a la canción y luego ya sigues. Espera a que se cargué, no importa. Pero no sigas sin la música de fondo)






Paul te miro directo a los ojos. Tú lo tomaste de su cuello.
Te recargaste en su hombro. Veías su hermosa barbilla. El te tomaba por tu cintura. Movía sus manos lentamente por tu espalda.
Para ti ya no existía nadie más que tú y él.
Movías tus piernas de un lado a otro lentamente. Pausadamente.
Sentías como su corazón palpitaba lentamente. Tu corazón estaba igual. Hasta sentías que sus corazones iban a unisonó.
Tus suspirabas muy profundamente.
No podías apartar la mirada de Paul, no podías.
Lo veías, lo contemplabas.
Sentías que ibas en una nube, sentías algo en el estomago, algo que nunca antes habías sentido. Nunca.
Te hacía sentir especial. Te hacía sentir deseada. Te hacía sentir amada. Ter hacía sentir importante. Te hacía sentir anhelada. Te hacía sentir…  tantas cosas.
De nuevo suspiraste.
Y sabias que tú lo hacías sentir igual. Y él era algo mas para ti. Era tu hombre perfecto, tu hombre ideal, era el hombre con quien querías pasar el resto de tu vida. No había nada que pudiera evitar eso, no existía ningún temor, duda, preocupación dentro de ti respecto a eso. Lo amabas, y aunque nunca antes lo habías sentido antes, no tan profundo, sabias que esto era verdadero.
Nunca, nunca lo dejarías ir. Era tuyo, solo tuyo y tu eres solo de él. Lo amabas.
Paul giro a verte. Su mirada, jamás olvidarías como te miro esa vez, ni el tono de su voz. Te dijo lentamente- Te amo- Tu lo miraste, esperaste unos segundos para prepararte, para que tu sonaras igual que él, convencida y segura- Te amo-

12.2.11

Capitulo 1.106



Paul estaba todo sucio.
Tú- Te ves…- Lo tomaste por el cuello- hermoso- Paul bajo la mirada al suelo y luego de reojo te miro- Vamos, hay que ir al auto-Tomo tu mano, y de nuevo se echo a correr en dirección al auto.
Él empezó a limpiarse frenéticamente con un pañuelo su rostro. Tu lo miraste por unos segundos, hasta que tomaste su mano, le quitaste el pañuelo, y lentamente y delicadamente limpiaste su rostro. Él- Gracias-.

Paul siguió conduciendo por más de una hora bajo la lluvia. No había ninguna zona interesante donde parar.
Paul- Mira, estamos llegando a Manchester- Te señalo un letrero que daba la bienvenida a ese lugar.
Tú- Y, ¿Qué haremos ahí?- Paul- No sé- Te miro- Lo que se nos ocurra-. Esa respuesta hizo que te derritieras.
Siguieron su camino en silencio.
Cuando ya iban entrando a la ciudad todo iba cambiando, dejando atrás el paisaje lleno de montañas y arboles. Ahora había tiendas por ambos lados de la calle, personas avanzando con prisa, coches esperando a pasar.
Paul- Es casi como estar en Londres- Paro el coche pues el semáforo marcaba alto- aunque más chico- Tú te encogiste de hombros. La verdad es que nunca habías estado en Londres.
Paul- Creo que de nuevo deberíamos quedarnos en un motel- enfatizo la última palabra- este día- Tú- Si, sería lo mejor- Paul- ¡Mira! Qué suerte…- rápidamente cambio la dirección del auto- Ahí hay un hotel, y no se ve tan mal como el anterior- Y así era, este parecía mucho mejor, con la fachada toda linda.
 Para entrar debían meter su coche al estacionamiento.  Paul llevo su auto hasta allá. En el estacionamiento todo era obscuro.
Paul- Primero tomare estos lentes- Eran los mismos que siempre se ponía para que nadie lograra reconocerlo. Pero también eran los mismos con los que lucía verdaderamente guapo.
Paul-Creo que deberíamos llevar algo de ropa…- Tú- Tienes razón- Entraste al auto y sacaste tu maleta. Paul te miro por un par de segundos, después el entro al auto y también saco una maleta, un poco más pequeña que la tuya.
Paul- Dame eso- Tú- No Paul, gracias. Yo puedo- Paul- Lo sé- se encogió de hombros- pero esto es lo que un novio se supone que debe hacer con su chica, ¿no?- Tú, sonriente le entregaste tu maleta. Paul- Además, ni siquiera pesa – volteo a mirarte- y también me gusta ayudarte en todo- Tú- Gracias Paul- No podías quitar esa gran sonrisa en tu rostro.
Subieron juntos a la recepción.
Paul bajo las maletas al piso y empezó a llenar papeles para alojarse ahí.
Esta vez puso que se llamaba: Alan Brow. Ahora sí, ese nombre te sonaba. Pero como no recordaste donde lo habías oído, preferiste dejarlo.
Paul- Listo- Tomo tu mano- Ya esta- Con la luz de las lámparas de la recepción podían vérsele  unas manchas obscuras,de seguro del lodo con el que se había llenado antes.
Él- hay que ir a nuestra habitación- Tomo de nuevo las maletas, aunque esta vez un maletero llego y Paul acepto su ayuda. Él los guio hasta su habitación. La número 27.
Maletero- ¿Quiere que los ayude a meter las maletas a la habitación?- Paul- No, así está bien- Metió su mano a su bolsillo y saco un par de monedas para el trabajador. El dio las gracias y se fue.
Paul te dio las llaves, tu abriste mientras el tomaba las maletas.
Por suerte esta habitación no era tan mala como la anterior.
Paul-Mucho mejor- Bajo las maletas. Continuó- Entrare a bañarme- Tú- Si, estas todo sucio-Paul- Lo sé- Tomo su maleta, la subió a la cama. Tú estabas inspeccionando el lugar. Era lindo, había un tocador con un gran espejo, una ventana que daba la luz suficiente para toda la habitación. Una repisa con una tele encima. No tenía más, pero era lo necesario.
Cuando te diste la vuelta, Paul estaba detrás de ti. Paul- Te amo- Tú- yo te amo a ti, Mucho, mucho – Lo tomaste por el cuello, el se te acerco lentamente, y te dio un pequeño beso. Paul- Iré, iré a bañarme- Tú- Claro- El dio media vuelta y se encamino al baño.
Tu esperaste a Paul, leías revistas pasadas que el hotel dejaba en las habitaciones. Llegaste a una nota acerca de los Beatles, ‘que sorpresa’ pensaste.
Era acerca de lo guapos que eran los cuatro. Venía una gran descripción de cada uno de ellos. Acerca de lo que les gustaba hacer, lo que no, su comida favorita, su chica ideal, su película predilecta y muchas curiosidades de ellos.
Preferiste dejar de leer, el tema beatle se te estaba haciendo un poco aburrido. Todo era acerca de ellos.
Te recostaste en la cama. Pensabas en lo lindo que te la estabas pasando con Paul.
Él- ………..,…………..,…………..,- Despertaste rápidamente. Mirándote tiernamente- Termine- esta todo bañado, con el cabello mojado y vestido con su pijama azul. Tú- Si, iré a … bañarme- no le podías quitar los ojos de encima.
Paul-¿Qué?  ¿Tengo algo?-Tú- No- te paraste enfrente de él- luces hermoso- Paul- Tu te ves preciosa- Tú- ¿Crees?- se acerco a ti. Él-Si, lo creo, y estoy muy seguro de eso- Tú, acercándote a él-  Y, ¿Cuándo me besaras?- Paul con una sonrisita como de niño se acerco a ti – Y, ¿tu cuando me besaras?- Tú, también con una sonrisa entre tus labios- Pero…- antes de que terminaras la frase Paul se acerco a ti y te besó.
Lo tomaste por su cuello, te encantaba hacer eso. Él te tomaba por la cadera.
Te besaba tan lindo, tan delicadamente, pero a la vez con tanta pasión.
Tu bajaste a besar su cuello, él, empezó a hacer ruidos, no sabías porque, pero te encanto. Eran como suaves suspiros cerca de tu oído.
No querías separarte de él. Era tan delicioso todo eso.
Paul- Y, ¿Qué haremos mañana?- Tú- Paul, arruinaste ese momento romántico- Lo miraste como, enojada. Paul- No te preocupes, habrá más- se acerco a tu oído y susurro- y mucho mejores- te guiño un ojo y se lanzo a la cama.
Él- Aquí te espero-
Después de haber terminado de bañarte, te cambiaste en el baño. Te pusiste tu pijama. Era un blusón largo, aunque no tanto.
Era color rosa, con encaje en todas las orillas, y era más o menos largo. Te llegaba un poco más arriba de las rodillas.
Peinaste tu cabello mojado,  ahora estaba ondulado.
Estabas nerviosa, tal vez esta noche pasaría ‘algo’ con Paul. Ya lo habías hecho antes, peor cada vez había sido especial, llenas de romanticismo, de amor, de todo lo que una chica quisiera tener.
Te miraste en el espejo. Te pintaste los labios con brillo. Te enchinaste las pestañas.
Creíste que ya estabas lista.
Saliste con lentitud. Te asomaste a ver a Paul. Estaba todo cubierto con las cobijas y mirando al televisor con una gran sonrisa.
Te fuiste acercando pegada a la pared.
Paul volteándote a ver- ¡Hey! Ahí estas, amor- Ni siquiera miro tu cuerpo o algo así, solo miraba tus ojos. Moviendo las cobijas invitándote a acostarte con él- Ven-  Tú avanzaste un poco más deprisa, aunque con un poco de inseguridad. Justo antes de que te acostaras, justo en la orilla de la cama Paul te dijo- Luces realmente sexy- Tú, un poco sonrojada, reíste. Te metiste rápidamente entre las calientes cobijas.
Siguieron viendo la tele por un par de horas.
Paul- Ya es hora de dormir- Tu te apartaste de su pecho, y te acomodaste en la almohada. Volteaste a ver a Paul, él ya estaba bien puesto, y también te estaba viendo.
Se miraban e la obscuridad. Paul pasó su mano sobre tu rostro.
Él- te amo- Se acerco a ti y beso tu nariz. Tú reíste. Tú te acercaste a él y besaste su ojo. Él también rio. Él se acerco a ti, movió tu cabello, y beso tu oído, luego la mordió.
No lograste evitar reír a carcajeadas, te daban muchas cosquillas.
Tú te acercaste a él y besaste su cuello. Él también empezó a reír mucho.
Tú- te amo- Paul- Eres única para mí- de nuevo paso su mano por tu rostro- por favor, no me dejes. Eres realmente especial para mí. Nunca había sentido esto, cuando te miro, no logro ver otra cosa.- Decía todo muy pausado-  Cuando escucho tu voz, retumba dentro de mí. Y no sabes lo que siento, lo que  se siente cuando beso tus labios, no encuentro nada más delicioso y delicado que tus labios. Tu piel.- Se acerco a ti, pego su frente a la tuya- Espero realmente pasar toda, toda- se alejo de ti y miro hacia al techo de la habitación, y movió su mano refiriéndose al futuro- toda la vida la pasemos juntos- Tú- No…no sé qué decir- Paul siempre te hacia petrificarte.
Él- No tienes porque decir algo- Recorrió tu espalda con su mano.
Siguieron hablando y hablando toda la noche. Acerca de cómo querían vivir. De los planes musicales de Paul. De lo que harías después de estudiar. De lo que pasaría después de este viaje. Después de un rato hablaban de sus gustos, de la primera vez que anduvieron por bicicleta, su peor pesadilla, su mejor día de su vida, y muchas curiosidades de cada quien.
Cuando terminaron de hablar ya era casi de mañana. Solo durmieron unas pocas horas.
A la mañana siguiente Paul pidió el desayuno a la habitación.
Terminaron y salieron a caminar.
Paul estaba usando sus lentes de sol y una bufada que cubría hasta su boca, si bien hacia frio, se veía ridículo con las gafas.
Tú también ibas con una gran chamarra, la temperatura había disminuido y según la meteoróloga de las noticias en la noche iba a llover.
Iban caminando sin prisa. Veían las tiendas, entraban en algunas y compraban curiosidades, en especial Paul, tú no llevabas mucho dinero. Aunque él no perdía oportunidad para comprarte todo lo que querías.
Luego pasaron por un gran salón que tenía un gran letrero que tenia: Gran baile esta noche ¡Ven! Acompáñanos.  Y hasta abajo tenía en letras pequeñas el costo del baile. No lograste verlo. Te pasaste de largo, hasta que te percataste que Paul ya no seguía contigo. Se había quedado enfrente del letrero.
Tu, te acercaste a él- ¿Qué pasa?- Paul balaceándose sobre sus pies- ¿quisieras venir?- movió su cabeza señalando al letrero. Tú- ¿enserio?- Paul- Claro- Tú- Si, si, me encantaría- Te emocionaste mucho. Tú- Claro que quiero ir-  Paul- De acuerdo, de acuerdo. Iremos- Te tomo de la mano y la apretó. Paul- Creo que deberíamos seguir con las compras y regresar al hotel para arreglarnos y todo eso- Tú- Si, sí, sí, sí, claro- Paul rio- Entonces vamos-
Siguieron con las compras. Y luego regresaron al hotel.

 -> Y para las que quieren mas drama :3 Esperen! Disfruten mientras son felices con Paul, por que luego :'( No, no, no! Mejor disfruten :D


7.2.11

Capitulo 1.105


En la televisión también decían que Paul, se le había visto con una chica. No tenia nada que ver con los espectáculos, y aun no tenían información sobre ‘ella’.
Paul salió del baño, tu muy rápido apagaste la tele.
Paul-¿lista?- Tú- Si, si, si- Paul tomo las llaves y salió. Tú lo acompañaste.
Paul dejo las llaves en la recepción. Tú ya lo esperabas en la puerta.
Paul- Vamos- Te tomo de la mano. Te llevo hasta la puerta del auto. Y te ayudo a subir.
Encendió el auto.
Paul- ¿estás bien?- Tú- Si, claro…- Volteaste a verlo- gracias- Paul guiño su ojo. Te volviste loca, aunque preferiste no mostrarlo mucho. Y solo reíste un poco torpemente.
Él- acércate- Tú, con ojos de enamorada, te acercaste a él.
Eso era, pensaste, lo que había faltado antes en el viaje.
Estuviste así un largo rato. Hasta que Paul un poco exaltado dijo-¡Mira! ¡Mira!- señalo afuera de su ventanilla. Era un hermoso paisaje: el sol justo encima, brillando como nunca, montañas de fondo, pasto verde, arboles, pájaros volando.
Paul- Hay que ir ahí- Estaciono el auto.
Bajaron. Ahí todo parecía ser tan tranquilo.
Paul tomo tu mano-¡Vamos preciosa!- jalo de tu mano y salió corriendo. Tu un poco lento, lo acompañaste.
Paul- ¡WOow!- Miraba a todo su alrededor- esta hermoso- Volteo a verte con una sonrisa- Acompáñame- de nuevo te jalo para que lo acompañaras.
Empezó a correr hacia la montaña.
Cuando ya estuvieron más cerca, ya  no parecía una montaña. Más bien parecía una colina.
Paul- Hay que subir- Tú- Este…- Paul- Muy bien- corrió cuesta arriba- acompáñame-
Empezó a correr aun más. Parecía tan feliz. Parecía un pequeño, se veía tan… aventurero.
Cuando ya iban casi a la mitad de la colina, tú estabas a punto de morir.
Estabas fatigada. En cambio Paul, estaba ya muy adelante de ti.
Unos minutos más tarde Paul ya estaba en la cima y te gritaba- ¡ven!¡vamos!- tu-¡ siiiii, espera!-
Cuando por fin estuviste junto a él miraste hacia el horizonte.
Paul- Es…- volteo a verte-un lugar perfecto como para estar contigo- se acerco a ti. Con su mano tomo tu cuello.
Él- te amo- beso tu mejilla lentamente.
Él- Eso fue cansado- mientras se alejaba de ti y metía sus manos en sus bolsillos.
Tú, miraste a tu alrededor, todo parecía tan lindo.
Tú- Paul, acompáñame- Te apresuraste a sentarte. Paul te miro y sonrió. Se sentó junto a ti.
Tú- Que lindo es estar aquí contigo…- Te recostaste sobre la fresca hierba. Paul te siguió e hizo lo mismo.
Tomo tu mano y dijo- ¿Ya viste esa nube?- Tú- ¿Cual?- Señalo con su dedo hacia una nube  muy grande.
Tú- ¡Sí! Parece… parece un caballo. ¿A ti que te parece?- Paul- Pues, para mi más bien es como un sofá- Tú- ¿Un sofá?- Paul- Si- empezó a reír, y tu lo acompañaste.
Siguieron viendo las nubes.
Paul-¡hey!- una nube gris había cubierto las otras nubes blancas por completo.
Y tan rápido como fue posible las gotas empezaron a caer, una por una, otra tras otra.
Se levantaron rápidamente. Se miraron perplejos. No hacían nada. Hasta que Paul reacciono-¡Vámonos!- Te tomo de la mano y se encaminaron cuesta abajo.
Apenas habían caminado unas pasos Paul se soltó de ti. Avanzo aun más rápido. De hecho, iba muy rápido. Te detuviste debajo de la lluvia para poder ver mejor lo que le pasaba a Paul.
Parecía que se estuviera deslizando. Caminaba tan rápido. Reíste un poco. Cuando ya no sentiste curiosidad por Paul, te encaminaste de nuevo. Pero otra mirada a Paul te hizo ver que en verdad se estaba deslizando y hacia muchos movimientos con sus brazos para mantener el equilibrio.
Empezaste a correr tras Paul. Bajaste la mirada, había mucho lodo. Todo el pasto que antes era verde, ahora estaba todo sucio y obscurecido por el barro. Cuando alzaste la mirada, justo en ese momento Paul se enredo con una rama. Trato de librase movimiento su pierna de un lado a otro. Pero como seguía deslizándose, siguió moviéndose. Y, obviamente, se cayó.
Tú- ¡PAUL!-  Rodo, y rodo. Hasta que cayó de cara en las faldas de la colina. Tu avanzaste asustada.
Tú-¡¿Paul?!- Te arrodillaste junto a el.
Estaba completamente tirado sobre el pasto.
Tú- ¿Paul?- Lo tomaste por sus hombros. Tú- ¿Paul?- Se levanto lentamente. Primero sus piernas. Luego su torso. Pero por ultimo su rostro.
Cuando lo hizo, lo miraste asustada. Pero después empezaste a reírte a carcajadas.
Paul- No es gracioso- Tenia toda la cara llena de lodo, igual que su ropa. Lucia horrendo.
No podías parar de reír. Lucia tan extraño.
Paul- Ven- Se acerco a ti. Te abrazo, y te empezó a besar. Sentías como toda tu cara se llenaba con tierra y agua.
Como tenias tus ojos abiertos, igual que Paul, se encontraron sus miradas y empezaron a reir.

5.2.11

Capitulo 1.104

Paul entro al coche sin ni siquiera voltearte a verte.
Encendió el auto y mirando solamente hacia enfrente, avanzo.
Tú lo miras de reojo. Y ninguna de esas veces Paul mostraba interés hacia ti, solo miraba la solitaria carretera.
Preferiste ya no darle importancia. Así que, deprimida te quedaste mirando a través de la ventanilla.
Paso el tiempo. El cielo ya estaba más obscuro.
Por fin Paul hablo, aunque fue algo muy seco y apagado- Creo que deberías dormir en un motel- Y señalo hacia enfrente. Tú miraste sin mucha curiosidad.
Había un gran letrero que decía con luces purpuras: MOTEL.
Tu respondiste bajo y lento- Creo que sería lo mejor- Cruzaste los brazos. Ahora ya no hacía calor, la temperatura había descendido y el frio hacia que tus brazos descubiertos estuvieran congelados.
Paul condujo unos cinco minutos más hasta llegar al estacionamiento del lugar.
Apago el coche; saco las llaves lentamente, luego coloco sus manos sobre el volante.
 Espero unos minutos. Abría una y otra vez su boca como si quisiera decir algo. Tú lo mirabas implorándole con tus ojos que te hablara, o tal solo que te viera. Pero nada sucedió.
Salió del auto y cerro su puerta tras de él.
Viste como avanzo hasta la entrada del lugar. Y tú, sin más remedio, saliste del auto sin su ayuda.
Cuando llegaste hasta donde él estaba, ya tenía en sus manos las llaves de la habitación y ahora estaba firmando un papel del motel.
Según eso era un tal: Robert Platt.
Nunca habías escuchado ese apellido. Te dio igual.
Paul volteo a verte. Hubieras preferido que no lo hiciera, su mirada era simplemente vacía.
Hizo un ademan con su cabeza para que lo siguieras.
Tú arrastrando los pies lo acompañaste.
Estaban juntos, pero no parecía. Lucían como extraños, cada quien en un lado del pasillo y en silencio sin ni siquiera mirarse. Pero así fue como se dirigieron a su habitación.
Subieron un piso, y ya en el segundo Paul abrió la habitación con el número 41 pegado en la puerta.
Paul- Pasa- Tu entraste a la habitación, estaba todo obscuro, no podías ver casi nada. Él- Iré a dar un paseo- Tú- ¿Te puedo acompañar?- Te acercaste a él. Tomaste sus manos. Paul- Prefiero…- soltó tus manos- prefiero ir solo- Tu te acercaste despacio hacia él.
Pero el, se alejo lentamente y dijo- Vuelvo…- Te dio la espalda y se fue.
Tú sentiste horrible. Te había dejado. Sentiste como algo dentro de ti se había roto. Era terrible.
Cerraste la puerta. Intentaste buscar la cama entre la obscuridad. Chocaste con algo y lo tocaste, parecía el colcho, habías dado con la cama.
Te lanzaste encima de ella, y comenzaste a llorar, a llorar y llorar.
Sentías como las lágrimas salían de tus ojos, y hacían un recorrido por tus mejillas y caían en las sabanas de la cama.
Pasaron unas dos horas así. Ya no salían lagrimas, solo estabas tendida en el colchón. Cuando recordaste que Paul ya había estado mucho tiempo fuera. Te incorporaste rápidamente.
Encendiste una lámpara que estaba junto de la cama.
Ese lugar era un poco feo y barato. Sus muebles, sus instalaciones, su decoración. Pero dejaste eso en segundo plano. Fuiste corriendo hacia la ventana y la abriste, daba hacia detrás del motel. Solo había una péquela cafetería.
Creíste que ahí se había encaminado Paul, era el único lugar. Cerraste la ventana muy dramáticamente y saliste corriendo de la habitación.
Bajaste muy rápido, pasabas por los pasillos, a veces te encontrabas a personas que miraban tu recorrido. A ti no te importaba, querías llegar con Paul.
Empujaste la puerta de la entrada y sentiste como el frio de la noche te abofeteaba.
Corriste hacia atrás del motel, y diste con la cafetería. La miraste extrañada.
Seguiste tu camino despacio.
Entraste a ese local.
No veías en ninguna parte a Paul. De pronto, viste hasta la esquina, a un hombre recargado sobre una mesa. Parecía ser Paul.
Te acercaste nerviosamente hacia él. Estabas a punto de tocar su hombro y llamarlo.
Pero justo antes, alguien te tomo de la cintura. Tú de un brinco volteaste.
¡Era Paul! Tú- Paul…- él- ¿Qué haces aquí?- Tú- Es que… es que habías tardado mucho- Paul te miro, y luego se dio cuenta de que te estaba tomando por tu cintura, entonces te soltó rápidamente.
Paul- Ven, hay que sentarnos- Había una mesa justo junto a ustedes y vacia.
Te sentaste y Paul enfrente.
Él- ¿quieres algo?- Tú- Eh… No, nada- Paul-¿Un café?- Tú- Bueno, creo que estaría bien-
Paul levanto su mano y poco después una señora vino y les pregunto qué querían. Paul- Dos cafés, por favor- La señora dio una media vuelta y se alejo.
Ustedes se quedaron en silencio hasta que la señora  volvió con los cafés.
Tu tomaste de tu taza mientras Paul decía- Que lugar tan feo- Tú- A mi me parece que está bien…- Paul- No, no… Lamento haberte traído aquí- Tú- Lamento…- tomaste de tu café muy rápido, y te quemaste tu lengua- lamento haberme portado tan grosera contigo- Paul te miro tiernamente. Habías extrañado tanto esa mirada en tan poco tiempo. Él- Perdóname por no haberte hecho caso- Busco tu mano y la tomo- Es que quería llegar lo más antes posible- Tú- No importa Paul- Él te miro, y fijo sus ojos en los tuyos- Te amo- Tú te sonrojaste, no sabias porque, pero replicaste con un lindo y suave- Te amo Paul- Rieron juntos. Luego se la pasaron mirándose, y riendo nerviosamente.
Se habían olvidado completamente de sus cafés.
Paul- Vámonos- Sonrió, se levanto. Tú lo acompañaste.
Pago lo de los cafés y salieron.
En camino al motel ibas muy juntos tomados de la mano.
Ya en la esquina del motel Paul te pego a la pared. Y te dijo muy cerca de tu boca- No quiero volver a pelearme contigo- Paul te miraba muy fijamente a tus ojos. Aunque tú no podías lanzar pequeñas miradas a sus labios, además el contacto visual con el era muy difícil, su mirada era tan fuerte. No podías explicarlo.
Paul- Quiero que olvidemos todo- Toco con su mano tu cintura- Solo quiero pensar en lo bien que nos la pasaremos- Te acerco a él.
Tú- Paul…- Estaba más cerca, mucho más cerca. Él- ¿SI?- Tú- Hay… hay que entrar, entrar. Si- Paul espero unos segundos y luego dijo- Claro- Te tomo de la mano y avanzo rápidamente hacia el motel.
Iban avanzando muy rápido.
Cuando llegaron a su habitación Paul abrió la puerta.
Tú entraste seguida de Paul.
Él te miro. Se acerco a ti. Te miro. Te empezó a besar.
Te tomaba de la cintura haciendo que te pegaras a él. Tú lo tomabas por su cabeza, revolviéndole todo el cabello.
El subió sus manos de tu cintura hasta tu espalda, luego las paso para enfrente. Toco torpemente tus pechos y busco los botones de tu playera. Cuando los encontró, se separo de ti y te lanzo una mirada llena de fuego. Bajo su mirada hacia tus pechos. Había empezado a desabotonar tu playera. Y tu pecho estaba casi desnudo, por no ser de tu sostén.
Paul de nuevo te beso tu boca, luego bajo hasta tu cuello, donde hizo que te retorcieras del placer. Luego, más lento bajo hasta tu pecho. Te besaba por todas partes.
Luego bajo hasta tu ombligo.
Tú-Paul…- Después de decir su nombre el te lanzo hacia la cama. Desde ahí lograste verlo.
SE veía tan excitante. El se lanzo hacia ti.  Empezó a besar tu cuello. Tú mientras, le sacabas su camisa. Viste su abdomen desnudo, lo empezaste a llenar de besos. Y repetiste lo mismo que él había hecho contigo. Aunque cuando estabas en su ombligo bajaste mas y desabotonaste su pantalón. El te ayudo a bajarlo con más rapidez. Tú te colocaste encima de él.
Paraste unos segundos y contemplaste a Paul tendido en la cama, el también te miraba y dijo- Eres tan sexy-Tu no respondiste con nada, pero te acercaste a su boca.
Empezaron a besarse de mil formas y posiciones. Hasta que terminaron los dos juntos acostados en la cama dándose tiernos besos y diciéndose- Te amo- una y cien veces.
Pronto habían quedado dormidos. A la mañana siguiente Paul, ya vestido, te dijo que iria por el desayuno. Tú preferiste quedarte bañándote.
Cuando Paul había llegado tú ya estabas bañada.
Desayunaron muy lentamente, con muchas risas y elogios.
Al poco rato de haber terminado con su comida Paul se metió a bañar, después de eso se irían de ahí para seguir su viaje.


Prendiste la televisión.
Encontraste un programa muy entretenido. Estaba a punto de terminar, y cuando acabo empezó otro de espectáculos. Y como era costumbre, los Beatles eran el ojo del huracán.
La presentadora decía que los cuatro se habían tomado un descanso.
John se había ido de vacaciones con su esposa. George se había ido con Pattie a alguna exótica playa. Ringo había decidido comprarse una enorme casa, y había preferido quedarse a descansar ahí. Pero según el programa, el único beatle que no se le había oído hablar era de Paul McCartney

 Esta largo :) Espero que así les guste ;)

2.2.11

Capitulo 1.103

Paul- Ya no hay gasolina- Tú reíste, fue un seco y grosero: ¡ja!
Te sorprendiste por lo mal que se escuchaba.
Paul- Tendré que empujar el auto, para que no estorbe- Bajo del coche sin esperar respuesta.

Tú bajaste también, aunque con especial cuidado para que la puerta hiciera mucho ruido.
Paul ya estaba atrás del auto empujándolo.
Pensaste en ayudarlo, pero en vez de eso le diste la espalda y miraste a tu alrededor.
No había nada, ni un auto, ni un animal, ni una nube, estaba desierto ese lugar.
Y lo situación empeoraba. El sol estaba justo encima de sus cabezas y era insoportable estar ahí.
Cuando volteaste a ver a Paul, ya había movido el automóvil para que no estorbara.
Paul- Debemos ir por gasolina- ibas a repetir tu ¡ja! Pero pensaste que ya era suficiente, preferiste no responder.
Él fue adentro del coche. Escuchaste que movió algunas cosas. Salió con un envase, pensaste que seria para la gasolina.
Paul- ¿Me quieres acompañar?-Tú tomaste aire y cruzaste los brazos- No, gracias- Le diste la espalda y te encaminaste rápidamente al auto, abriste violentamente la puerta, entraste y la cerraste tratando de hacer mucho, mucho ruido.
Y pareció que funciono.
Te quedaste sentada, no querías voltear, pero no fue necesario. Podías ver desde tu asiento por el espejo.
Viste que Paul se había quedado unos segundos ahí parado observándote.
Pero de pronto te dio la espalda y se fue arrastrando los pies haciendo levantar mucha tierra.
En ese momento querías bajar del auto, ir corriendo detrás de él y acompañarlo.
Pero te quedaste sentada, pensaste que sería lo mejor.
Te sentías pésima, además de lo horrible que era ese lugar, te sentías muy mal por lo de Paul.
Dentro de ti había una especie de sentimiento feo, no sabias explicarlo muy bien, pero era muy deprimente.
Después de unos minutos ese sentimiento se fue opacando, aunque otro nuevo fue asomándose, miedo.
El sol ya no estaba justo arriba de ti, ya estaba un más allá. Ya había avanzado más de un cuarto más. No creías lo rápido que el tiempo había pasado.
Te alarmaste. Paul no llegaba y tú estabas sola, en esa carretera solitaria. Y por tu experiencia viendo películas de terror ese era uno de los momentos exactos para que un demente saliera y te matara. O algún ente extraño llegara y también, te matara.
Cerraste las ventanas de ambos lados con un poco de desesperación.
Observaste a tu alrededor. Nada.
Te tranquilizaste un poco más. Te recostaste en el asiento. Ibas a tratar de relajarte.
Cerraste los ojos.
Recordaste cuando conociste a Paul. A ese hombre tan maravilloso, al que amabas y que el a ti. La primera vez que viste sus ojos, su boca en vivo.
Recordaste la primera vez que estuviste con el. Lo bien que te había hecho sentir. Lo segura, lo feliz, lo tranquila que estabas.
Luego de que todos esos recuerdos hicieran que sonrieras. Recordaste los malos.
Lo mal que te sentías cuando te dejaba sola por ir con sus amigos, y lo culpable que te sentías por eso.
También recordaste cuando esa maldita chica besó a Paul.
O cuando Paul se había ido de gira.
La sonrisa que se había dibujado en tu rostro había desaparecido tan rápido. Y unas ganas por llorar te invadieron.
No sabias si era porque estabas deshidratada o porque no tenias ganas, pero las lagrimas que pensaste que empezarían a correr por tus mejillas, no aparecían.
Recargaste tu cabeza al respaldo. Respiraste profundamente.
Escuchaste un sonido fuera del coche, te exaltaste mucho.
Giraste hacia la ventanilla del conductor.
Por suerte era Paul. Parecía que estaba llenando el tanque. Mientras lo hacía, tu lo observabas. Querías que sus miradas se encontraran.
Pero no fue así.