Despertaste, Paul estaba a tu lado mirándote – Hola, ¿qué
tal has dormido? – Tú frotando tus ojos con una ligera molestia por los golpes
que habías recibido en tu rostro por el choque – Parece que hubiera dormido
años… ¿Tú cómo estás? – Paul te clavaba esos ojos claros – Yo estoy feliz de
estar contigo, yo te estoy amando – Estiraste tu mano hacia él, querías sentir
el calor de su piel, notaste que estabas temblando – Eres la mujer más
importante en mi vida – Paul acercó su rostro hasta tu mano – Eres mi vida, y
te he descuidado, eres lo más preciado para mí y te he defraudado tantas veces
que me odio a mí mismo. Temo tanto que me dejes que a veces me altero por
cualquier cosa, pero hay algo que sí sé y es que te necesito, lo demás no me
importa. – Ese hombre que mirabas, el que amabas, te dejaba sin respiración,
sin palabras, solo podías entender las he él había dicho y resonaban una y otra
vez dentro de ti – Paul… - Acercándose más a ti pero sin soltar tu mano junto a
su rostro – No es necesario que digas algo, lo siento, lo sé, nos amamos y no
importa que el mundo se esté pudriendo alrededor de nosotros yo te amaré en
cualquier momento… Ahora creo que es momento de que lo sepas y me entiendas:
quiero estar contigo el resto de mi vida, quiero casarnos, tener 10 hijos si es
posible, crear un hogar, sin ti no sé qué sería de mi vida. – Te encontrabas
más indefensa que nunca – Pero ahora, creo que es momento para que vuelvas a
descansar. – Beso tu frente, te sonrió y beso tus párpados invitándote a no
volver a abrirlos. No pudiste dormir como en cinco horas, aunque no te atrevías
a abrir los ojos, sabías que ahí estaba Paul, no soportarías otra confesión más
y tenías que aparentar estas sumergida en un profundo sueño.
Paul – Cariño, cariño… - Abriste los ojos, eras mala actuando,
trataste de lucir sorprendida - ¿Sí? ¿Qué pasa? – Sabías perfectamente que ya
no necesitabas estar más en el hospital – Los médicos dicen que ya no es
necesario que estés más tiempo aquí. – Tú aparentando desconcierto - ¿Estás
seguro, Paul? Eso me haría realmente feliz. – Paul sonriendo – Así es cariño,
te podré cuidar yo desde la casa – Tú sonriendo, dando la sonrisa más sincera
que podías – Me alegra tanto. – Se
besaron rápido y suavemente.
El proceso para que pudieras salir fue fácil: Evan lo había
dejado todo solucionado. Paul buscó un taxi rápidamente, entre menos tiempo
pasaran en la calle mejor.
Paul – …………………., te cuidaré como nadie lo ha hecho jamás –
Tú – Es lo que necesito. - ¿Qué le habría dicho Evan para que estuviera tan
tranquilo - ¿Sabes algo? Me muero de hambre.
Paul – Yo también, recibí una invitación para ir a la casa
de Brain Jones, ¿lo conoces? Es un amigo que me invitó a desayunar hace días,
pero no he podido ir, podríamos ir… - Giró a verte – Tendría que vivir en una
cueva para no conocerlo, además, no creo que esta sea la oportunidad perfecta
para mí de aceptar una invitación a desayunar. Podrías ir tu solo – Paul bufó –
No quiero ir a ninguna parte sin ti – Tú – Entonces acompáñame a mi casa
descansar – Tomaste su mano apoyada en su rodilla - ¿Para qué ir a tu casa si
podríamos ir a nuestra casa? – Tú confundida – Sí, claro… pero en mi casa
podría estar más cómoda – Paul riendo tristemente – Acepta que odias la idea de
vivir conmigo – Tú casi llorando – No digas eso, es sólo que no quiero ser una
carga para ti – Paul muy serio y mirándote como nunca lo había hecho – Yo
quiero que seas todo para mí, sin importar qué. – Lo había vuelto a hacer: te
había dejado sin palabras. No podrías creer que Paul pudiera seguir contigo
siendo tú un ogro horripilante.
Hola, les agradecería si le enseñan el fic a sus amigas. :) Dejen los links de sus propios fics en los comentarios.
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