Tú preferiste ir sola a buscar tu auto.
Mientras ibas caminando sonreías de una forma que casi nunca solías hacer. Estabas verdaderamente feliz.
Encontraste tu auto. Subiste a él y condujiste a donde Paul. Cuando llegaste él estaba apoyado en la parte de atrás de auto. Lucia tan bien…
Estacionaste tu auto detrás del suyo. El te sonrió, fue hasta la ventanilla, y te dijo
Paul – De acuerdo ………….. , me sigues. ¿Sí?- Tu – Claro Paul – Te sonrió y fue a su auto. Subió y arranco. Tú lo seguiste instantáneamente.
Mientras ibas manejando tu veías por el espejo derecho de Paul, que se iba peinado y observando por el espejo. Tú te estabas riendo pues era muy gracioso. El miro por su espejo y vio que tú lo observabas. Parecía apenado pero lo disimulo muy rápido con una sonrisa coqueta.
Todo el camino fue así, tu mirabas por el espejo y el te sonreía, te miraba y te guiñaba el ojo.
Llegaron a la casa. Estacionaron sus autos enfrente de la casa. Paul camino hacia ti, te tomo de la mano y te dijo.
Paul – De verdad espero que me hayas perdonado. Yo no quería hacerte daño, o que creyeras que soy un chico sin sentimientos. Me importas. Y como te dije la última vez que nos vimos, quiero conocerte más. Quiero conocerte más nena- Por cada palabra que Paul decía tú te derretías
Paul- Ven, hay que entrar en la casa- Tu entraste y lo primero que viste fue una linda batería. Y detrás de ella Ringo.
¡Ringo! Por supuesto, el tenia razón de todo. Fuiste corriendo hacia donde él y lo abrazaste. El te abrazo también. No te importo que Paul te estuviera viendo. Ringo ahora se había convertido en tu amigo. Tu le dijiste al oído a Ringo – Gracias por tus consejos- Ringo – De nada – Tu no habías notado que John y George llegaron y los observaban. Cuando notaste esto te sonrojaste.
John – Hey, ¿Qué pasa aquí?- Tu – Pues el es… un gran amigo – Lo decías mientras veías a Ringo y te sonreía.
Paul – De acuerdo, bueno,…….... y yo subiremos a echar un vistazo- John - …………… ten cuidado, Paul es un tigre- Tu no le hiciste mucho caso a John y le diste una sonrisa. Paul iba enfrente de ti.
Llegaron al segundo piso y Paul te pregunto – Y, ¿Por qué ese abrazo?- Él parecía molesto. No te agrado mucho eso. Pero Paul estaba celoso, por ti y Ringo. Tu – Es que, es un gran amigo… - Paul – De acuerdo… - Parecía no muy conforme por la respuesta. Así que decidiste cambiar de tema – Hey, y, ¿Qué hacemos?- Paul – Pues no sé, ven vamos a mi cuarto- Mientras Paul y tu se acercaban a su habitación tú te ponías muy nerviosa. Tú y Paul solos en un cuarto. Que nervios.
El entro y tu lo seguiste.
Su cuarto era muy grande. Tenía cuadros de personajes famosos. Tenía un gran sillón a la orilla. Había un televisor enfrente de su cama. Tenía demasiadas cosas. Pensaste que sería divertido ser famoso, podías comprar lo que quisieras.
Paul había tomado asiento en su sillón. Miraba unos discos que estaban en una mesa enfrente de su sillón. Como notaste que Paul aun seguía enojado, preferiste observar su cuarto. Estabas viendo una repisa con fotos de Paul con personas famosas, cuando él te tapo los ojos y te dijo al oido.
-Adivina quién soy- Tu –Ay, Paul, eres tu- Te quito las manos de los ojos y lo primero que viste fue un disco de los Beatles, era nuevo, pues no lo conocías.
Paul – Por ese disco deje de verte por un buen rato- Tú – Ay Paul. Toma- Le ibas a entregar el disco pero Paul te dijo – Es un regalo. Para ti. Sale a la venta en un par de días, pero tú eres especial. Y aquí lo tienes- Tu – Paul, eres muy bueno por hacer esto- Paul- Ven siéntate junto a mí. Escuchemos el disco juntos- Fuiste junto a él y puso el disco.
Estaban los dos juntos, escuchando música que él había compuesto, tal vez pensando en ti.
Tú estabas apoyada en el pecho de Paul. Escuchabas como su corazón palpitaba…
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