El día siguiente te la pasaste muy bien. Todo era normal.
Llegaste a tu casa. Comenzaste a hacer algo de comida. Pues no habías comido en todo el día. Alguien te llamo por teléfono y era Norma. Te estaba contando que Allan había salido de viaje, pero antes de eso ellos habían peleado. Te entristeciste por lo de tu amiga. Mientras hablabas por teléfono alguien toco la puerta. En ese momento no querías abrir la puerta pues tu amiga te estaba contando algo importante. Después escuchaste una voz atrás de la puerta.
Paul- Nena, ¿estas ahí?- ¡Paul! ¿Cómo no se te había ocurrido?
Tu- Norma, espera es que alguien toca en la puerta- Norma- Ah si. Aquí espero- Tú fuiste corriendo hacia la puerta.
Tu- Hola Paul. Disculpa por no abrirte pero es que estaba hablando por teléfono. Pero pasa- Paul- Gracias- Tu- ¿Me podrías esperar unos minutos? En lo que termino de hablar con mi amiga- Paul- Claro- él se veía feliz, le preguntarías porque después ahora debías de terminar de hablar con tu amiga.
Pasaron unos diez minutos más. Mientras tú hablabas, Paul te miraba y te pasaba su mano tiernamente sobre tu rostro.
Tú- Ay amiga. Lo que me cuentas es horrible… Mejor hay que vernos, ¿si? Para que me cuentes todo con mas calma- Del otro lado del teléfono Norma te decía- Si, ¿puedes el viernes?- ¡¿El viernes?! No, no podías salir esa noche saldrías con Paul. Pero no podías decirle que no a tu mejor amiga que tanto te había ayudado. Tu- Bueno…Y, ¿Cómo a que hora?- Norma- Pues, después de que salgas de trabajar, ¿te parece?- Tu- De acuerdo- Norma- Bueno te veo hasta el viernes. Adiós. Y gracias por escuchar- Tú- No te preocupes. Ese día nos vemos- Tú estabas preocupada por lo que pasaría el viernes. Tal vez lo de Norma terminaría temprano.
Paul- ¡Adivina que!- Tu- No sé, dime- Paul- Pues… ¡nuestro disco ha sido un éxito!- Después de esto el te abrazo y te dijo- Por fin podre ser toda una estrella- Tú- Que emoción Paul. Me siento tan feliz por ti- Paul- Gracias. Entonces con más razón tenemos que salir el viernes, lo celebraremos solo tú y yo- ¿Por qué menciono esto? No, que le ibas a decir. Tú- Si, claro… Y, ¿A que hora nos veríamos?- Paul- Lo mas temprano que se pueda. Sales de trabajar a las 6, ¿no?- Tu- Si, si… pero…- Paul- No, vamos, no me digas que no podrás- Tu- Si puedo, solo que debo de hacer algo antes- Paul- Bueno…- Tu- Paul no te enfades conmigo- Paul- No, como crees que me puedo enfadar contigo… Es solo que quería pasar más tiempo contigo. Es solo eso- Tu- Es que es mi amiga… y debo de ir con ella. Pero hare todo lo posible de salir lo más rápido que pueda- Paul- Si, claro, no te preocupes- Te abrazo y te acerco a el. En ese momento pensaste que estabas sola con él en tu casa. Empezaste a ponerte nerviosa, pues tu nunca habías estado sola en tu casa con un chico, bueno, si, cuando tus amigos iban, pero nunca tu novio, y mucho menos Paul McCartney.
Tú- Eh… Hey, ¿qué quieres hacer?- Te separaste de el y te levantaste.
Paul- Pues no sé, ¿tu que ibas a hacer antes de que yo llegara?- Tú- Pues iba a comer, ¿no quieres acompañarme?- En ese momento pensaste que estabas siendo ridícula. Paul nunca te había insinuado nada y porque tú te debías de poner así. Pensaste que lo mejor seria actuar natural.
Paul- Claro- Tú- Ven, vamos a la cocina- Paul se levanto y te siguió.
La mesa ya estaba preparada. Te ibas a sentar pero antes Paul fue y te ayudo.
Tú- Siempre eres tan amable- Paul- Pues claro, estoy enfrente de toda una dama- Después de esto el te guiño un ojo. ¿Cómo ese hombre te podía hacer sentir tantas cosas en un solo momento? En ese momento, por ejemplo, tú estabas tan nerviosa, pero a la vez tranquila, también estabas tan feliz por que el estaba contigo, luego veías sus ojos y sentías algo extraño por dentro. Te preguntabas si el sentía lo mismo por ti…
Tú habías notado que ustedes dos se habían quedado mirando por un largo rato y no habías comenzado a comer o algo así…
Tú- Bueno, creo que debo de comenzar a comer. ¿Tu no quieres comer conmigo?- Paul- Pues… no… Gracias-Tu- Vamos, come conmigo, o si no será incomodo para mi- Paul- No sé… ¿tu hiciste la comida?- Tú- Si- Paul- En ese caso… por supuesto que quiero comer contigo. ¿No quieres que te ayude en algo?- Tú- No, eres mi invitado el día de hoy. Además tu ya has hecho mucho por mi- Tu estabas parada enfrente de la estufa. Solo debías de calentar tu comida y listo. Tú ya habías empezado con eso. Pero de pronto…
Tú- Ay Paul me espantaste- Él había llegado por detrás y te había tomado de la cintura. Paul- Es que quería ayudarte- Te lo decía al oído. Te encantaba. Paul- Y, ¿Qué puedo hacer por ti?- Seguía hablándote al oído. Tú estabas disfrutando ese momento. Tú- No sé… Tal vez…- Paul empezó a besarte lentamente en tu cuello. Tú solo te deleitabas con lo que el hacia. Pero de pronto empezó a oler mal. ¿Qué era eso? Pensaste. Volteaste a ver la estufa y tu comida se estaba quemando.
Tú- ¡Ay! Que mal- Te apresuraste a apagar la estufa, pero ya no podías hacer nada por tu comida. Paul- Lo siento, creo que fue mi culpa- Tu- No, no te preocupes- Pero, ahora había un problema, ¿Qué comerías ahora? Tu- Bueno, llamare para pedir algo de comer- Paul- No, déjame hacerlo por ti, ¿Dónde esta tu teléfono?- Tu- Ahí- Y señalaste una mesita junto al sillón. Paul- Va a ser una sorpresa-
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