A la mañana siguiente tú con ánimos de sobra despertaste con una gran sonrisa.
Te arreglaste con esmero. Desayunaste apresuradamente y justo cuando ya estabas lista alguien toco la puerta.
Tú fuiste a abrir como si fueras en una nube. Lo primero que querías ver eran esos relucientes ojos. Pero en vez de eso viste los marrones ojos de Kevin.
Kevin- Hola…….- Tú- ¿Qué haces aquí?- Kevin te miro con recelo y tu quisiste reparar lo que habías hecho. Tú- Hola, es que... no pensé que vinieras- Kevin- Pues si… Es que… Norma me dijo que viniera, creo que quiere salir de nuevo- Tú- ¿Enserio?- Kevin- Ya lo sabías, ¿no?- Tú- No- Kevin- Entonces, ¿Por qué estas tan arreglada?- Tú no esperabas esa respuesta de él. Y nunca paso en tu mente que estabas “tan arreglada”. Tu solo tomaste un mechón de tu cabello y empezaste a a peinarlo lentamente y dijiste- Bueno, yo no sabia nada de lo de Norma, así que no iré- Kevin- ¿Tienes algo mejor que hacer?- Lo dijo en un tono bastante molesto. Tú- Pues…- En ese momento lograste ver que el coche de Paul se acercaba a tu casa. Paul bajo de tu coche mirando a Kevin de abajo para arriba.
Paul desde atrás de Kevin- ¿Cómo estas amor?- Miraste rápidamente a Kevin y vislumbraste que su cara se puso de un color rojo.
Tú- Hola Paul- él camino hasta junto de ti y te beso tu mejilla. Kevin miro a Paul y dijo- Ah, veo que estas bastante ocupada- Tú- Si…- Estaba comenzando a molestarte el tono en que Kevin se dirigía a ti. Y en la forma en que miraba a Paul.
Kevin- Pues… me voy…- Tú- Por supuesto…- Kevin te miro con ojos llenos de ira, y también a Paul. No entendías nada a Kevin, preferiste borrarlo de tu mente y entrar en otro mundo: Paul.
Él- Que chico tan extraño…- Tú no esperaste a nada, tomaste su rostro y lo acercaste al tuyo, lo miraste directamente a sus ojos y lo besaste por un largo tiempo.
Tú- Uy, creo que es tarde. Hay que irnos- Tu lo dejaste ahí plantado y te acercaste a su auto. Él te siguió con paso apretado pues tú ya habías avanzado un buen espacio.
Subiste a su auto con su ayuda. Habías extrañado que hiciera eso.
Te llevo a tu escuela y a tu trabajo sin muchos problemas. Pues en esta ocasión una fan reconoció a Paul mientras esperaba que las luces del semáforo cambiaras. Apenas y cambiaron Paul piso el acelerador.
A la hora de tu salida del trabajo Paul estaba aguardando en su coche. Te abrió la puerta y dijo- Sube nena- Tu subiste muy campante.
Te acercaste al pecho de Paul y te dejaste relajar con la suave respiración de Paul y el latir de su corazón.
Él conducía hacia, no sabías exactamente, pero iba por una carretera obscura, sin coches. Ya era noche.
De pronto la curiosidad te gano y preguntaste- ¿A dónde vamos?- Paul- Es una pequeña sorpresa- Beso tu cabeza.
Tú quedaste satisfecha con esa respuesta. No querías saber hacia donde te llevaba, solo querías estar con él mas y mas tiempo.
Pasaron los minutos, y de pronto Paul cambio de rumbo. Ya habías estado ahí.
Paul aparco el automóvil a unos cuantos metros de la playa.
Él bajo rápidamente para ayudarte a salir.
Tomo tu mano y te jalo más cerca del mar.
Tú- Paul…- él te veía tiernamente. Se enfocaba en tus ojos. Él- Yo te traje aquí porque…- Se veía tan natural, tan paciente, tan guapo. Tú, al contrario pensaste, lucías nerviosa, temerosa, sabias que Paul iba a hacer uso de la facilidad que tenia para hablar de sus sentimientos.
Él- Te quería decir que…- Te recogió el cabello de tu rostro y coloco su mano a un lado de tu rostro. Y termino con un- Te amo…- Tu te sentiste en una nube. Querías saltar, gritar, quitarte la ropa y empezar a nada, pensaste que con toda la euforia que sentías en ese momento llegarías hasta otro mar.
Pero lo que más querías en ese momento era decirle a Paul lo que tú también sentías por él. Decirle que tú también lo amabas. Pero parecía que en ese momento tu cerebro no funcionaba. Así que te quedaste callada a tal hermosa declaración de amor.
Paul no espero tu respuesta o algún movimiento tuyo. Solo te tomo entre sus brazos y te abrazo.
Luego busco tus labios y empezó a besarte por un largo tiempo. Tal vez fueron seis días los que estuvieron juntos, boca a boca. Pero no te importo, tú querías que durara más. Pero tal vez fue la fuerte brisa del mar o el ardor en sus bocas lo que hizo que se alejaran.
Empezaron a mirarse. A recorrer sus rostros con las yemas de tus dedos. El pasaba sus dedos entre tu cabello.
Luego empezaron a caminar por la orilla del mar. Después sin darte cuenta de cómo empezó ustedes estaban luchando con bolas de arena mojada. Era tan divertido.