Saliste del baño, y ahí seguía Paul recargado al lado de la puerta.
Paul- Oh, te ves… muy bien- Miro al piso y se sonrojo, nunca habías visto que eso le pasara a él.
Tú reíste nerviosamente. Se quedaron parados ahí sin decirse nada.
Paul- Vamos a mi cuarto- Te dio su mano y tú la tomaste y caminaron hasta su cuarto.
Ya ahí adentro Paul cerró la puerta.
Cada vez que ustedes se quedaban solos, tú te ponías nerviosa.
Paul-¿Cómo te sientes?- Tú- Bien, un poco mojada, pero ya mejor- Paul- Bueno…- El se recostó en su cama. Tú lo acompañaste.
Él te miro y se acerco a ti. Empezó a jugar con tu cabello.
Luego comenzó a besarte, luego seguía con tu cuello. Tú también besabas su cuello, recorrías tus dedos en su cabello. Era todo muy dulce, lento, disfrutabas cada rose con su piel, con sus labios.
Luego todo empezó a tornarse en un ambiente de fogosidad.
Sus besos ya no eran lentos, ahora eran llenos de pasión.
Te tomaba de tu cintura, y hacia que te acercaras mas a el. Tú besabas su cuello, recorrías con tus manos su pecho, te dirigías a su espalda, a veces llegabas a la parte mas baja de su espalda.
Por su parte Paul recorría sus manos en tu espalda, en ocasiones bajaba su mano hasta tus piernas y las recorría lentamente.
Tú seguías besándolo con pasión.
Empezaste a sentirte agitada, también Paul, pues su respiración era cada vez mas rápida.
Esta vez Paul mantenía su mano en tu cadera, luego tu playera, como te quedaba un poco grande su subió. El recorrió su mano hasta tu estomago. Eso hizo que tu piel se erizara. Movía su mano, más y más arriba.
No habías notado que Paul estaba cada vez más arriba de ti. Eso te asustaba pero no querías ni sabias como evitar eso.
Pero de un momento a otro Paul se giro rápidamente y quedo mirando hacia el techo. Tu te quedaste recostada tal y como te había dejado.
Paul estaba quieto junto a ti.
Tu estabas confundida, porque de un momento a otro Paul se había quitado, tal vez no eras lo demasiado linda para el. O tal vez se arrepintió.
Pasaron los minutos y todo estaba en silencio, y era un silencio incomodo.
Después él comenzó a buscar tu mano, la tomo y la llevo a su boca y la beso.
Paul- Y, ¿Qué quieres hacer?- Sonaba tranquilo. Tu pensaste que seria mejor sonar igual que el.
Tú- Pues, no sé- Te levantaste y te apoyaste el la pared- tal vez- recorriste con tu mirada su habitación, ahí había muchas cosas interesantes- ¿Quién es el?- señalaste una foto al lado de su cama, del lado donde se encontraba Paul. Él la tomo y la miro con una sonrisa en sus labios. Paul- Adivina- Te dio la foto que estaba en un portarretratos. Tú la tomaste y la miraste más detenidamente. Tú- Wow, ¿es George?- En la foto había dos chicos pequeños abrazados y muy sonrientes mostrando todos sus dientes. Paul- Si, es el. Y este chico junto de él soy yo- Tú- Por supuesto, ¿cómo no te pude reconocer?- Así comenzó su amena platica sobre la infancia de Paul y tuya.
Eso te ponía aun mas nerviosa que estar con él a solas, pues a veces mencionaba a su madre, siempre que esto pasaba tu cambiabas de tema y le contabas otras cosas mas alegres y no dejabas de hablar por mas de cinco minutos.
Se la pasaron hablando por más de una hora. Ese día habías conocido más a Paul, aunque no del todo, pues nunca te decía como era su vida familiar, o cuando quería tocar ese tema tu siempre lo evadías, y solo te contaba sobre sus amigos.
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